dimarts, 28 d’agost del 2007

El voto en blanco

Desde hace tiempo voto en blanco en las elecciones. La razón puede deberse a que, siempre que he votado a algún partido, éste ha acabado defraudándome.

Un día leí un libro de José Saramago que se titula “Ensayo sobre la lucidez” que, justamente, habla, de forma novelada, sobre lo que pasaría si una mayoría de los votantes decidiera votar en blanco. La novela no me apasionó, pero sí me hizo reflexionar sobre el tema y acabar optando por el voto en blanco.

Lo que no me parece bien es que, este voto, no sirva absolutamente para nada, a parte, claro, de dato estadístico. Creo que tendría que salir una iniciativa popular (y no me refiero al partido popular, claro) para conseguir que el voto en blanco se considere como un partido político más que se presenta a las elecciones. Por ejemplo, si un día consigue los votos suficientes para obtener un escaño, este escaño tendría que quedar vacío o “en blanco”. A mí me parece de pura lógica. Si se vota en blanco porque no te gusta ningún candidato de los que se presentan, es normal que estos escaños no se ocupen.

Creo que, a parte de ser más democrático, también ayudaría a combatir la abstención. Si muchos de los ciudadanos que hoy no van a votar supieran que, gracias a ellos, se pueden ahorrar muchos recursos económicos al estado, entre los que se encuentran nóminas, dietas, teléfonos, portátiles, etc., etc., etc., los escaños en blanco, serían, sin lugar a dudas, un buen incentivo para ellos.

También serviría para que los partidos políticos se pusieran las pilas, ya que no sólo tendrían que repartise el pastel entre ellos, sino que este pastel podría hacerse más pequeño.