dijous, 18 de desembre del 2008

Jornada de 65 horas

El Parlamento Europeo ha desestimado una propuesta de directiva para implantar en Europa la jornada de 65 h. Ante todo, debemos hacer algunos números para ver que significa esto. Si trabajáramos 5 días a la semana, deberíamos hacer 13 horas al día. Si fueran 6, casi llegaríamos a las 11 horas diarias. Ya sé que hay mucha gente que tiene jornadas como esta, aunque nunca se había intentado oficializarlo y siempre se mantenía en una ilegalidad aceptada.
Pero la reflexión que deberíamos hacer es que si vivimos en la llamada sociedad del bienestar, hemos de poder aspirar a vivir cada vez mejor y aumentar nuestra calidad de vida. De que nos sirve si al final seguimos siendo esclavos del sistema por partida doble? Como hormigas proletarias y como consumidores necesarios para que el sistema siga funcionando.
La incorporación de la mujer en el mercado laboral ha sido muy positiva en el sentido de poner al mismo nivel el hombre y la mujer en derechos, pero ha traído unas consecuencias sociales que se pueden llegar a considerar como nefastas. Yo como profesor veo el abandono que sufren algunos alumnos, no por voluntad de los padres, sino por necesidad horaria. En nuestra sociedad se ha cambiado el orden de las cosas en la escala de valores y el trabajo está por delante del cuidado y educación de los hijos. Pero esto hemos lleva a la siguiente reflexión: ¿Hemos salido ganando realmente? Se supone que hemos doblado los ingresos, al menos en teoría, pero a la vez las familias estamos más endeudadas que nunca. Podemos hacer realmente el doble de cosas que antes? La respuesta es no. Se ha doblado los ingresos, pero los precios se han multiplicado (fijaros en los precios de los pisos), por lo tanto este incremento de costes ha minimizado este aumento de ingresos. Además, debemos sumar el efecto de ser, actualmente, una sociedad de consumo.
Ahora que estamos en tiempos de crisis deberíamos aprovechar para reflexionar sobre qué tipo de sociedad queremos y no aceptar aquella que nos han impuesto de forma sutil pero implacable.
Sólo me queda añadir que no me preocupa tanto que se haya aprobado o rechazado, sino que algún representante haya sido capaz de hacer una propuesta como esta. Porqué yo me pregunto: ¿Qué tipo de personas tenemos dirigiendo Europa? Creo que a menudo nos tomamos las cuestiones de Europa poco en serio y como podemos comprobar, después se aprueban directivas que nos afectan muy directamente. Reflexionemos todos juntos y actuemos en consecuencia.