Hace unos meses decidimos ir a comprar parte de la cesta de alimentación al mercado municipal, en concreto, al de Gavà. Durante muchos años éramos fieles a supermercados y grandes superficies por la facilidad de comprarlo todo en el mismo lugar y la accesibilidad en coche. Tengo que confesar que estábamos bastante satisfechos con el servicio y la calidad de los productos.
Pero ahora, una vez que nos hemos habituado a ir a comprar al mercado, las diferencias son abismales. Los productos frescos como el embutido, la carne, el bacalao, la fruta, etc. no tienen nada a ver con el que comprábamos anteriormente. El trato que se establece con los dependientes y dependientas de la tienda, que siempre están dispuestos a aconsejarte sobre sus productos y como sacarle el máximo provecho en la cocina.
Si intentáis ir unas cuántas semanas seguidas y vais probando la gran variedad de tiendas y productos, ya veréis como os volveréis fan de los mercados. Quizás hace un tiempo dejaron de estar de moda, por la fuerza de atracción de las grandes superficies, pero espero que los consumidores sepamos valorar el servicio que nos ofrece el mercado, la calidad de sus productos y el tracto humano.
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