Hoy he leído un artículo en el diari Avui y por desgracia no puedo decir que me haya sorprendido, pero sí que indignado. El artículo habla sobre el asedio escolar en un centro de Sabadell. Una chica es asediada por otras hasta límites intolerables y ¿Qué hace el departamento?
Yo, ya me he resignado que el departamento d’ensenyament esté dirigido por incompetentes. Es así y posiblemente siempre lo será. No les preocupa si las clases medias y bajas no tienen una formación digna, puesto que ellos llevan a sus hijos a otras escuelas ( el presidente a la escuela Alemana). Para mí, pueden ganar todo el dinero que quieran por no hacer nada. Se pueden llenar la boca de palabras vacías para justificar que no tienen ni idea de lo que dicen. Se pueden rodear de pedagogos que sólo han visto una escuela por la tele. Pero no les puedo consentir que destrocen la vida de un adolescente. Yo los veo a diario, se cómo son, como se llaman, que les espera en el futuro, el daño que les puede hacer una situación como esta.
Para los pedagogos de despacho, para los dirigentes del departamento, hoy os daré una clase magistral de mediación. Y aunque os sorprenda, no os cobraré, porque yo, como la mayoría de mis compañeros somos profesionales que intentamos arreglar todo lo que vosotros estropeáis con vuestra incompetencia.
La mediación puede ser útil para evitar los conflictos. Por ejemplo, en el patio hay un roce entre dos alumnos jugando al fútbol o haciendo un trabajo dos o más alumnos no se ponen de acuerdo y a veces puede acabar generando un conflicto. Por lo tanto sistemas de mediación de conflictos pueden ser muy útiles y así evitar que los problemas degeneren en conflictos.
Pero cuando el conflicto degenera en violencia, agresiones, violaciones y demás actos extremos y delictivos, no vale la mediación, puesto que actúa como una humillación más sobre la persona agredida. Después de que ha sido agredida, humillada, se le obliga a sentarse en una mesa con las agresoras y que reconozca que ella tiene parte de culpa de lo que ha pasado.
Esto me recuerda, la famosa sentencia de la minifalda que sentí cuando todavía era jovencillo. Una chica fue violada por un hombre y el juez, que debía de ser un pedagogo experto, le dijo a la chica. Escucha tú llevabas falda corta y ¿debías de ir provocando, no? Quizás, ¿no fue culpa tuya?
Pido, exijo que rueden cabezas. EL inspector de zona, su jefe, el jefe de su jefe, hasta eliminar del sistema a todos estos personajes miserables que han amparado, tolerado e intentado tapar este tema. A aquellos que le dijeron a la pobre chica, que era ella la culpable, la que tenía que cambiar de escuela. Los que dijeron a la policía que fueran vigilando, por si un día la encontraban agredida y humillada de nuevo en la calle, lavándose las manos y dejándola abandonada a su suerte. A los que han permitido, que gentuza como esta permanezca en el centro escolar, para poder exhibir sus medallas ante el resto de los compañeros. Y que no me vengan con la historia de la obligatoriedad de tener a estos personajes de película de terror, dentro el sistema educativo. Quiero recordar que un derecho siempre viene asociado a una obligación. Tengo derecho a ir a la escuela y la obligación de estudiar.
Si alguien de vosotros, leéis este artículo, cosa que dudo, cuando llegáis a casa, si tenéis hijos, miradlos a la cara y pensad que alguien les puede robar la inocencia, porqué en el mundo hay gente como vosotros.
dimecres, 23 d’abril del 2008
Cuando la mediación se vuelve perversa
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2 comentaris:
estoy de acuerdo totalmente contigo.
Ineptos ,ineptos e ineptos por todos lados.
Para más INRI, ni siquiera podemos cambiar de director apesar de haberlo suspendido el 90 por ciento del claustro. Nuestro inspector mediador ha decidido que lo hace muy bien y que nosotros no sabemos y estamos equivocados. Una gozada ahora el mundo de la enseñanza.
Estoy totalmente de acuerdo.
Por favor difundir blog con mas info sobre el asunto.
uninstanteenlapatria.blogspot.com
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