Ayer pudimos ver unas imágenes escalofriantes cuando un Airbus quería aterrizar, mientras el viento jugaba con la nave como si de un juguete se tratara. Por suerte la pericia del piloto consiguió abortar el aterrizaje en el último momento y no estrellarse.
Sólo hace falta felicitar al piloto, que ayer demostró su gran preparación y profesionalidad.
Sólo hace falta felicitar al piloto, que ayer demostró su gran preparación y profesionalidad.
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